Patrimonio de Malpartida de Plasencia

Malpartida de Plasencia está asentada sobre un montículo que se alza a 468 metros de altitud sobre el nivel del mar. Separada de Plasencia en apenas 8 km, limita con esta por el oeste, al este lo hace con el valle del Tiétar y Campo de Arañuelo; al norte con la Sierra de Gredos en sus estribaciones más occidentales, y al sur con el Tajo.

Patrimonio de Malpartida de Plasencia

UBICACIÓN

En palabras de Dionisio Clemente Fernández: La superficie del término de Malpartida de Plasencia abarca 372,68 km2 que lo sitúan en séptimo lugar de la provincia de Cáceres. […] Está rodeada por las tierras de Plasencia y Gargüera al norte; al este continúa Gargüera, Tejeda de Tiétar y Toril, que limita también por el sur junto con Serradilla y Mirabel; al oeste, la carretera de Plasencia a Cáceres separa las tierras del término de Malpartida de las de Plasencia. […] El punto culminante del término es el Cancho Pinote con 802 m y las sierras principales son las del Camocho, Santa Bárbara, Perdiguera, la Herrera, Casar de Elvira y el Mingazo.

Con una extensa superficie que abarca 36.667 ha se enclava en el Valle del Tiétar y en la Comarca de Monfragüe, esta última por su zona más meridional entrando a formar parte así del área de influencia socioeconómica del Parque.

Desde 1997 pertenece a la Mancomunidad de Riberos del Tajo.

Un amplio término municipal en el que se distingue dos zonas totalmente diferenciadas: una en el valle del Tiétar con suelos jóvenes y aluviales muy aptos para el cultivo de regadío, y otra en la que las jaras, encinas y alcornoques se desarrollan entre piedras pizarrosas y graníticas.

HISTORIA
Huellas del pasado

Aunque no se sabe con certeza la fecha de su fundación, son varios los autores que se refieren a Malpartida como la romana Ambracia Vettona, este es el caso del historiador Don Nicolás M.ª Pérez que ya en 1889 lo señalaba en el Diccionario de los extremeños ilustres.

Las huellas de un pasado aún más lejano también son reseñadas por M. Sayans en su libro Arte y Pueblos Primitivos de la Alta Extremadura en el que menciona los restos celtibéricos encontrados en la dehesa “El Calamoco”, cerro “Molinillo” o “Perugelmos”; molinos de mano y ladrillos dispersos en superficie, un asa de caldero con decoración y sobre todo los restos de un antiguo poblado que aún sin documentar pudiera pertenecer al pueblo prerromano vetón situándolo en la Edad del Hierro con restos de un torreón levantado en altura a modo de fortín, un monolito y cinco tumbas excavadas en roca de las que sobresale la llamada de la Princesa, horadada en la superficie de una bola de granito.

Cronológicamente no es seguro datar la fundación de lo que hoy es la villa declarada como tal en 1961, aun así y según la opinión de investigadores como Maíllo o Clemente son dos las fechas con las que se podría barajar la posibilidad de su fundación comprendida esta entre 1254 y 1395; una teoría basada en el aumento tan considerable que experimentó la ganadería trashumante tras la Reconquista de Extremadura con la toma de Badajoz en 1230. Es entonces cuando se hace necesario la fundación de emplazamientos o pequeños caseríos de pastores con población procedente de otras alquerías para ejercer el control de tránsito a la gran actividad ganadera en sus traslados estacionales: invernadero y agostadero.

Aunque ya se tienen noticias desde tiempos de Fray Alonso Fernández natural de Malpartida (1573-1631/33), serán los trabajos de Adolfo Maíllo García y Dionisio Clemente Fernández los que planteen la posibilidad de que la fundación de la localidad se debiera a la ubicación de un cruce de “cordeles”, es decir, las cañadas ganaderas por donde trashumaban los rebaños de ovejas merinas de León y de Segovia; en invierno hacia los pastos del sur y en verano hacia los prados leoneses y castellanos. Muy ligada a la ciudad de Plasencia y cuyo proceso de fundación en 1186 dio lugar a nuevos asentamientos, Malpartida experimentó un rápido crecimiento gracias al cobro de los impuestos de servicio y montazgo y a la labor de vigilancia y salvaguarda de los ganados que de ellos harían los primeros caseríos de pastores.

Una posibilidad que se ve acrecentada si se tiene en cuenta además que la actual estación de ferrocarril y que hoy es conocida como Palazuelo-Empalme en su día se llamó de los Cordeles por estar emplazada junto al enlace de las dos cañadas o cordeles ya mencionadas, la de León y la de Segovia.

Acontecimientos históricos

En 1488 la insurrección por parte de los duques de Plasencia en contra de los Reyes Católicos se saldó con la victoria de las tropas reales gracias al apoyo del párroco Don Francisco Carvajal y a su hermano Gutierre que junto con un nutrido de labriegos de la dehesa del Carrascal se enfrentaron a las tropas de los duques consiguiendo la victoria y la toma de la ciudad para los Reyes. Hoy el escudo de Plasencia recoge también el de los Carvajales en recuerdo y homenaje del apoyo a la Corona.

La Guerra de la Independencia y la consecuente invasión napoleónica acabó con los archivos municipales que fueron pasto de las llamas en una de las doce entradas que las tropas francesas hicieron a su paso por Malpartida en dirección a Plasencia; corría la fecha del 28 de diciembre de 1808.

Gentilicio de Chinato

Una leyenda de las que hoy podríamos llamar como urbanas, refiere un curioso episodio por parte de aquellos primeros habitantes que dependientes de la ciudad de Plasencia también en el aspecto religioso, deciden liberarse del mismo y trasladar la imagen de San Juan Bautista a la que estaban advocados, desde la Iglesia de San Juan de Plasencia a la primitiva ermita de Malpartida sobre la que se erigirá años más tarde la Iglesia actual y en la que ya estaba preparado el párroco para celebrar la misa. La persecución por parte de los placentinos para recuperar la imagen acabó en un enfrentamiento y en una lluvia de chinarros (grandes piedras) por parte de los de Malpartida. Un episodio que acabará formando parte de la literatura popular.

Otra versión menos romántica alude a un paraje natural llamado “La China” muy abundante en guijarros o “chinarros” o en la ubicación de un primer asentamiento al lado del caserío llamada también “La China”.

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